Medea: la vacuidad del absurdo



«Medea» es la opera prima de la costarricense Alexandra Latishev. La historia gira en torno a Medea (Liliana Biamontem), una joven universitaria que vive alocadamente entre juergas, drogas, partidos de rugby y un embarazo avanzado que pasa desapercibido para todo el mundo. La trama parte de este absurdo, los padres ignoran olímpicamente la condición de su hija, sus compañeras de rugby tampoco notan su embarazo pese a que la barriga ya es bastante pronunciada, su mejor amigo le sigue invitando licor y drogas, y el chico que le gusta pareciera no estar interesado en el sexo.

            Dentro de ese abanico de distintos escenarios posibles, el absurdo no queda explicado en absoluto. Es más, Medea se comporta en todo momento como si no estuviera embarazada. Es capaz de correr durante los partidos sin mayor esfuerzo, no tiene milagrosamente ningún síntoma que acompaña al embarazo, y cuando la atropellan, pareciera que su cuerpo fuera inmune a los golpes.

            El momento en donde se rompe lo absurdo carece de toda magia posible. Un amante momentáneo, un completo desconocido, se da cuenta de su estado y la historia se precipita hacia un final aburrido. Personalmente, dudaría dos veces antes de ver de nuevo esta película.


 *Artículo escrito por Héctor Huerto Vizcarra para la revista Nudo

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